Pasan los minutos, los cuartos, las medias horas, las horas y yo sigo esperando.
Y conforme pasa el tiempo, me doy cuenta que nada ni nadie me espera.
Esta es la sensación que se tiene cuando llevas casi 8 meses sin trabajar y te has escapado del mundo. Vives en paralelo y esto nadie - ni tu madre - te lo perdona. No es que te aisles, es que te aislan.
Pero yo sigo esperando.
miércoles, 20 de febrero de 2008
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2 comentarios:
Yo no fumo, pero me siento exactamente igual. Ya voy en dirección a los 14 meses de paro.
Para no volverme loco, me dedico al frikiblog.
http://inenarrables.blogspot.com/
Pues cuando el paro entró en mi vida, me di cuenta de una cosa muy tonta: que menos es más. Y fuera es dentro.
Ánimo Jonás!
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