martes, 11 de septiembre de 2007

Capítulo 2 - ¿Por dónde empiezo?

Tenía que llamar a mi madre y contárselo.

- Mama, soy yo
- Hola hijo, qué quieres?
- Nada, hablar
- Hablar, hablar… tu te crees que estoy yo para pararme a hablar, con la faena que tengo? Pero cómo se te ocurre? Qué haces, donde estás? Te están oyendo los del trabajo?
- No mama, no. Que hoy ya no he ido a trabajar. De eso te quería hablar, que como me voy a hacer antisistema, que he dejado la oficina…
- ¿Qué? Anda, anda, no digas tonterías y céntrate. Vete para el trabajo que si no, voy yo y llamo al jefe y te vas a enterar, tonto, más que tonto. Antisistema, antisistema, pero tu que te has creído?
- Pero… mama, mama tu sabes lo que es ser antisistema?
- No y ¿tu? Yo lo que sí sé es que eres es un vago, un vago como una catedral.
- Bueno mama, que ya te llamo otro día y hablamos. Que yo me lo he pensado bien y lo tengo claro… y esta decisión pues… implica muchas cosas y esto…esto… y eso, que no voy a trabajar más…
- Mira, que te vas para la oficina pero ya y deja de decir gilipolleces.
- Ya te llamo si eso otro día y lo hablamos mejor. Adios.

Primer paso antistema hacia la autorrealización personal– Con 34 años recién cumplidos tengo que dejar consultar con mi madre todas las decisiones que tomo en la vida. Hasta el día que me apunté a un equipo de fubito le pregunté a mi madre si le parecía bien. Con lo de ser antisistema, lo tengo crudo. Mi madre cree que si no trabajo es porque soy un vago. Y algo de razón tiene, pero lo que no tolero es que no me deje ni explicarme. Si es que eso de la comunicación padre-hijos que dicen los psicólogos que hay que fomentar no sirve para nada. Si no, mírame a mi, llevo más de 30 contándole a mi madre todo lo que me pasa y así me trata… Si voy contra el sistema, voy yo solito, sin mis padres –muy a mi pesar, porque creo que a mi madre no le iría pero que nada mal parar de trabajar y dejar de ser, por unos días, la mujer perfecta que nunca quiso ser-.

2 comentarios:

minimono dijo...

Jonás, ¡quiero un hijo tuyo! ja ja ja

Andreu Romero dijo...

Es lo que tienen los padres...